Marc es mi niño, mi vida, mi amor, pero nunca pensé que ser madre iba a ser tan duro como ser la mamá de Marc

jueves, 27 de diciembre de 2012

DIARIO DE MAMÁ. Extraño año 2010.

INTENTARÉ CONTAR LO QUE NO PUEDO.

Período Abril 2010 - Agosto 2010.

 


Como ya os comenté al inicio de este Blog, cuando salimos del Hospital, me prometí a mi misma que intentaría hacer todo lo posible por la recuperación de mi hijo. 

 

Así que con ese fín llegado un día de abril, después de más de un año en lista de espera, nos llamaron de la otra punta del país para comenzar un nuevo tratamiento.
Este tratamiento requería que permanecieramos Marc y yo solos, porque papá tenía que trabajar muy duro, para costear los 2 tratamientos a la vez.
Pero como siempre yo dije, no pasa nada porque ¡yo puedo hacerlo!.

Estar sola en una nueva ciudad, sin conocer a nadie, lejos de mi familia fue durísimo, pero como la vida es tan increible la situación todavía se podía complicar más.

Al mes aproximadamente de estar allí, llegó mi hermano para decirme que a mi padre le quedaban 3 meses de vida, y que él no lo sabía.
No puedo comentar sensaciones, creo que llegó un momento en que mi mente y mi cuerpo no podía soportar más dolor y deje de sentir para poder seguir viviendo.

Estaba sola, con mi hijo, en un sitio nuevo, con el dinero justo y mi padre se moría rapidamente y yo no podía volver a casa porque él no sabía (o no quería saber) que se moría.

¿Me estaba perdiendo los últimos 3 meses de vida de mi padre por la curación de Marc?

Hablar con mi padre todos los días aliviaba un poco mi conciencia, verlo por videoconferencia cada vez más desmejorado, pero siempre sonriendo diciendo que estaba un poco mejor, era la tortura que tenía que pagar por haber tomado la decisión de no estar a su lado.

¿Fue la decisión adecuada?... No lo sé, fue la decisión que tomamos.

Sabeís durante todas las llamadas, todos los días, varias veces al día, nunca dijo nada que me hiciera sentir que no estaba haciendo lo correcto, ni un solo reproche, nunca, muy al contrario él siempre me decía que estaba un poco mejor y cuando yo me quejaba y decía que quería volver, que no podía más, el me decía que estaba haciendo lo que tenía que hacer, -la vida es así- decía, -las cosas vienen así y hay que seguir luchando y tú tienes que hacerlo por Marc, Mari.

Su lucha terminó en agosto, al quinto día de estar toda la familia reunida perdió su batalla.

Marc y yo regresamos a la semana siguiente, otra vez solos.







Mi padre adoraba a Marc, supongo que ese amor era mutuo.



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