NAVIDADES ¿FELICES?.
Período Octubre 2011 - Diciembre 2011.
Desde hace un tiempo Marc no para de constiparse.
Durante los meses más fríos Marc enlazaba un constipado tras otro, un día tuvo fiebre.
Recuerdo que me pasé día y noche
despierta poniéndole el termómetro, tapándolo, destapándolo, dándole
medicación.
Me aterran las crisis epilépticas, y
es probable que los niños que ya han convulsionado, puedan hacerlo con más
facilidad cuando tienen fiebre. Y no se puede hacer nada.
Afortunadamente no ocurrió.
Parecía que había mejorado, no fiebre,
no mocos, buen carácter, pero tenía tos.
Un día en casa, estábamos realizando
el programa, como no, y de repente empezó a llorar, ese llanto que sabes que no
es normal, que es de dolor, de dolor intenso.
(Es horrible no poder comunicarte
con tu hijo, porque no habla, no puede hacerlo de momento debido a su lesión
cerebral, ya que la tiene en el hemisferio izquierdo donde se encuentra el área
del lenguaje)
Al no hablar, te conviertes en una
especie de espía, observas todos y cada uno de sus movimientos y vas
relacionando, hace esto, le pasa esto, hace aquello, le pasa aquello, pero
nunca tienes la certeza de saber realmente si aciertas o no.
Menos mal que existe ese sexto
sentido, que yo creo que tenemos todas las madres, porque en 5 minutos la situación
se complicó.
Lloraba raro, diferente, estaba como
encogido, supe que algo iba mal, lo sentí. Así que lo cogí, lo metí en el coche
y me fui al Hospital, ni siquiera sabía donde estaba, pero llegamos.
En Urgencias después de realizarle
unas pruebas me dijeron que Marc tenía neumonía y que tenía que ingresarlo de
inmediato.
¿CÓMO....?
Le dije al doctor que no podía, que
tenía que ir a casa, me había dejado la calefacción encendida, no llevaba ropa,
ni la medicación de Marc, ni la comida de Marc.
Por suerte me dejo marchar con Marc,
después de darse cuenta de que no me iba a ir sin él, en 2 horas estabamos en
el Hospital, ya con todo lo necesario para Marc.
Marc ingresado, yo llorando. Solos.
En resumidas cuentas, pasamos 10
días en el Hospital, papá tuvo que pedir un coche prestado, yo tenía el suyo, y
los billetes de avión en esas fechas eran intocables para nosotros, se hizo
1100 km. en un día, se quedó poco más que el fín de semana y otros 1100 km. de
vuelta a casa y a trabajar, (ya que en los tiempos que corren no se puede
descuidar el trabajo ni siquiera un poco).
Pasamos la Nochevieja en el
Hospital.
Quiero agradecer a 2 personas
increibles, vosotras ya sabéis quienes sois, gracias porque no se que hubiera
sido de mi en estos días sin vuestra ayuda.
P y P.
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